Alimentar con amor.
- Katherine Pérez
- 19 oct 2023
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 20 oct 2023
¡Ay, la lactancia materna! Un camino bello pero MUUUUY agotador.
Hoy quiero desahogarme un poco y contar cómo ha sido para mí esto de la lactancia.

En mis últimas semanas de embarazo estaba bien preocupada, porque veía videos donde muchas mamás (con las mismas semanas que yo) contaban que ya ellas empezaban a notar leche en sus pechos. En las consultas me preguntaban si ya notaba mucho calostro y yo respondía que sí, pero eran unas gotas mínimas. Realmente tenía mucho miedo y preocupación de no poder alimentar a mi bebé con mi pecho. Me preocupaba que me doliera (porque muchas decían que lo era y otras decían que no debía doler), sentía que el exceso de información me abrumaba.
Maiah nació y entre todo el rush del parto, recuperación y demás, cuando llegó el momento de amamantar por primera vez no tuve ni tiempo de ponerme nerviosa, la enfermera me explicó (lo que yo ya había visto en TikTok) pero la teoría es muy diferente a la práctica. Afortunadamente, mi bebé tuvo muy buen agarre desde el segundo uno que la pegaron a mi pecho y considero que eso hizo menos cansado y trágico el camino. Sin embargo, por si no sabías, el estómago de un bebé recién nacido es del tamaño de una cereza, por lo que se llena "rápido" con pocas gotitas peeeero también se vacía rápido y por eso es a libre demanda, o sea cuando el bebé pida, puede ser cada media hora, pero también puede ser cada 15 min o menos, ¡es una locura!
Los primeros días fueron súper cansados, sobre todo por las noches. Lograba dormir de 15 a 20 min máximo por hora. La segunda noche en casa recuerdo verme sentada en la silla donde la amamantaba, en medio de la oscuridad solo con una luz roja mientras mi bebé tomaba y yo lloraba del cansancio. En menos de una semana me empapé tanto sobre la lactancia que hasta me sorprendí de mí misma. Entendí que los primeros días fueron cansados porque mi leche como tal no había bajado aún, y era calostro que en lo personal a mi me pareció salía en muy poca cantidad. Todos me decían que debía introducir fórmula, pero yo estaba aferrada a ser el medio de alimentación de mi bebé.
Ahí, en medio de todos los comentarios, información y sentimientos encontrados aprendí la primera lección de la lactancia: a mayor succión, mayor producción. Y es que aunque tal vez lo hayamos visto o escuchado mucho sobre esto, no lo entiendes del todo (o por lo menos eso me pasó a mí) hasta que lo experimentas.
Maiah siguió tomando a libre demanda las muchas o pocas gotas que yo podía ofrecerle, eso sí a todo tiempo. Pasados unos días boom! la leche apareció y fue increíble.
Recuerdo la primera vez que me extraje y vi llenarse la botella. A partir de ahí sabía que Martín también podía involucrarse y alimentarla con mi leche en biberón, fue así como empezamos este camino de la lactancia diferida que hasta ahora llevamos (pero creo que esa aventura merece otra entrada especial).
A lo largo de la lactancia, me he quejado de maneras sobre naturales.
Me parece muy bonito ese momento mamá-bebé, me gusta cómo me ve con sus ojos grandotes y me gusta pensar que me acaricia la cara en señal de que me quiere también. Pero no pretendo romantizar la lactancia porque sí, es cansada, es demandante física, mental y emocionalmente aunque eso sí, no debería ser dolorosa. Si es tu caso, consulta con un experto del tema, pues tal vez puede haber un problema de agarre, de frenillo corto, de acomodo de mamá, etc.
Yo no soy experta en lactancia ni nada de eso, simplemente soy una mamá que está aprendiendo a serlo y con ello, todo lo que esto implica. Sin embargo, de mamá a mamá, me gustaría compartirte algunos tips que he aprendido en estos meses tanto para aumentar como para mantener tu producción.
Cásate con la frase a mayor succión, mayor producción. Ya sea que pegues a tu bebé a tu pecho o como yo, tu extractor en caso de que salgas a trabajar o tengas actividades que no te permitan estar todo el tiempo con tu bebé. Yo trato de extraerme cada 3 o 4 horas, nomás por si querías el dato.
NO TE COMPARES. En redes sociales vemos muchas maternidades y muchas de ellas lucen perfectas y esperamos que la nuestra sea igual y no lo es. Recuerdo un día haber visto las stories en IG de una influencer que llegó a extraerse ¡11 oz de una sola bubi! Ese día colapsé, cómo era eso posible si yo con muuucho esfuerzo lograba sacar 3 oz de ambas. Decidí silenciar sus stories por un tiempo, porque me afectaba mucho el ver su producción y pensar que la mía era muy mediocre. Llegué a creer que no producía la suficiente y me negaba a la idea de dar fórmula porque yo no podía alimentar a mi hija. Lo que me lleva a:
Tu cuerpo produce la leche que tu bebé necesita. A medida que avanzan los meses te darás cuenta, (es más visible si te extraes) que vas aumentando poco a poquito con más oz para tu bebé. O por lo menos, es lo que he podido notar hasta ahora.
Los primeros meses, el cuerpo no sabe qué esta pasando y puedes llegar a experimentar mucha producción y a sentir cómo los pechos se congestionan y hasta se desbordan. Si eres una mamá que debe regresar a su trabajo, te recomiendo que aproveches esta sobre producción de los primeros meses para ir creando tu banco de leche. Porque, ojo, a partir del mes 3 tu cuerpo ya sabe qué onda con tu leche y tu bebé, y empieza a producir sólo lo necesario. Notarás tal vez que ya tus senos no se llenan pero no pienses que ya no produces leche, al contrario sigue ofreciendo y/o extrayendo.
Me di cuenta que las mejores horas para extraer, aunque es cansado son a medianoche y a las 3 de la mañana. A mí me ha funcionado, pero crea tú tus propios horarios de extracción.
Cuando estés extrayéndote leche, te recomiendo que hagas ligeros masajes circulares en tu seno y hagas ligera presión en ellos. Yo he notado que así puedo recolectar un poco más de lo habitual.
Prueba hacer la famosa "extracción poderosa" de la que tanto hablan en TikTok. Básicamente, debes extraer por 10 min cada seno, y descansar otros 10, así por una hora. Según he visto se recomienda hacer una vez al día, pero yo he llegado a hacerla hasta 2. De preferencia busca más información por tu cuenta y elige el mejor método para ti.
No te desesperes. La lactancia requiere paciencia, entrega y mucho amor. Y aunque es difícil soltar la idea de evitar la fórmula, úsala de ser necesaria (la que tu pediatra recomiende). No eres ni serás menos mamá por no alimentar a tu bebé con tu cuerpo. Al final del día, lo estás alimentando con amor y su crecimiento y desarrollo es lo más importante, sea de la manera que sea: LME, LMD, LM o sólo fórmula.
Te mando un abrazo con mucho cariño y espero tu camino en la maternidad sea bueno.
Con amor, una mamá que está aprendiendo a serlo.
-K
Graciaas Katy por compartir tu experiencia, Me encantó al leerlo me sentí muy identificada, estos 8 meses dándole pecho a mi bebé han sido de mucho amor pero también de aprendizaje, aveces como madre te sientes muy capaz de que lo estás haciendo bien pero no faltan los comentarios que te hacen dudar de ti misma, me pasa muy a menudo, gracias por compartir estas líneas como mamis nos hace falta más tener un circulo que entre nosotras mismas nos apoyemos🥰❤️
Hola Kathy! Para mi la lactancia fue y ha sido de lo más complicado como mamá primeriza, y a pesar de que poco a poco mi bebé y yo lo hemos trabajado, sin duda me afectó compararme, no entender que cada una tenemos procesos y tiempos distintos, y que al final, toda lactancia (la que queramos y/o podamos hacer) es alimentar con amor 💜 Gracias!